Trabajo y creación
La confianza no solo es crucial para los públicos externos: también resulta vital a nivel interno, porque cualquier empresa depende de la colaboración. Como muy bien ha explicado Bruni “no hay creatividad fuera de la libertad”.
La idea de que los sistemas organizativos están al servicio de los personas (y no al revés) sigue cobrando impulso. Cuando los empleados experimentan que con su iniciativa pueden influir en el destino de la empresa reciben un estímulo imprescindible para su trabajo.
Es verdad que las personas son parte de organizaciones que las trascienden. Pero también lo es que cada persona con su trabajo deja una huella única, una impronta singular. Las empresas e instituciones deben tener la flexibilidad necesaria para que aflore toda esa creatividad oculta. A primera vista parecerá un esfuerzo poco eficaz e improductivo. Surgirán nuevos problemas, pero también será una fuente inesperada de soluciones.
La dimensión creativa o creadora del trabajo ejerce una influencia vital. Y es que el crecimiento de los profesionales en el trabajo tiene que ver con sus posibilidades de creación. Si las empresas nos dan la oportunidad de “co-crear”, el compromiso y la motivación no harán más que aumentar y el crecimiento personal y profesional continuará. Y es que, al final, por encima de todo, el trabajo es eso: seguir creciendo. Seguiremos pensando sobre ello.
